Es una gran fuente de fibra y muchas vitaminas y minerales: vitamina C, colina, vitamina E, potasio, fósforo, magnesio.
Por otro lado, los tomates son la principal fuente dietética del licopeno, un antioxidante que, además aportar su característico color rojo, está relacionado con muchos beneficios como la reducción del riesgo de padecer algunos tipos de cáncer, como el de mama, próstata, pulmón y estómago.
El consumo de tomates también está asociado a la reducción del riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles como enfermedades cardiovasculares, hipertensión y obesidad.
Por último, también son buenos para la piel, ya que nos ayuda a protegernos de las quemaduras del sol. Si a esto le sumamos que en verano están en su mejor punto, ¿no es el tomate uno de los alimentos estrella del verano?